The Boss rocks Spain again!
Bruce Springsteen presents "We shall overcome, the Seeger sessions" in
Barcelona.
This concert was a hommage to rock-folk singer Bob Seeger, on of his biggest
idols. With this concert he critizised many political and social problems of
the world, like Bob Seeger did.
Bob Seeger
During his concert the Spanish people were really moved.They sang with him, had a lot of fun and were delighted when Bruce started to present "Oh, Mary, Don't You Weep" in the catalunian language.
Bruce Springsteen
The concert was a big success and we hope that Bruce will rock on and give
his social critics in the future.
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"Lawrence Kirsch, fotógrafo canadiense, mordió la fruta prohibida a finales de 1975, cuando compró dos entradas para ver a Bruce Springsteen y la E Street Band en el Place des Arts de Montreal. Cuestionado al respecto, aclara: «En el 75 yo no era un gran fan de Springsteen, me tiraban más Bob Dylan, David Bowie o los Rolling Stones. Aquella noche, cuando apagaron las luces, olvidé todo e inicié mi viaje con Bruce y con Roy Bittan (pianista de la E Street). Arrancaron con una versión acústica de Thunder Road. Nunca había sido testigo de una apertura de concierto tan sencilla y, sin embargo, tan efectiva y apasionada. Bruce cantaba con tanta convicción que parecía revivir sus temas. El concierto duró tres horas, mucho más que cualquiera que yo hubiera visto antes, y al final la audiencia estaba exahusta. Abandonamos el teatro sabiendo que habíamos visto algo especial».
Treinta y tres años, y setenta conciertos de Springsteen más tarde, Kirsch publica (mejor reedita: la primera edición, limitadísima, se agotó hace meses, al poco de salir) For You. Ofrece testimonios de cientos de seguidores del de Nueva Jersey contados en primera persona. Sus vivencias alumbran toda una épica. Van de la anécdota descacharrante al bosquejo de una vida enroscada en torno a la música. Demiurgo, socio, compañero y maestro, Springsteen proyecta entre sus seguidores una imagen atípica. Trasciende su papel asignado (megaestrella) y se transforma en algo más, tal vez el buen pastor que consuela sin arengar, cronista implacable del sueño americano y sus desvelos.
Convocados por Kirsch para enviar textos y fotografías, los seguidores respondieron con entusiasmo. Había que documentar décadas de conciertos masivos y secretos, de los estadios de fútbol a los bares donde a veces, muchas, Springsteen rocanrolea hasta la madrugada, explicar porque se trata de uno de los dos o tres artistas más pirateados de la historia, contar, como hace Kirsch, porque «Springsteen nos da esperanza. Si se limitara a entretenernos, sería estupendo. Pero hace más, ha contribuido a nuestra educación, nos pide mantener la mente abierta y receptiva hacia los problemas sociales y (desde 2004) la situación política de los Estados Unidos. Algunos fans no están de acuerdo con éste último aspecto, pero es su problema». Kirsch, él mismo uno de tantos tramps (vagabundos, por Born to run) que planean sus vacaciones con la idea de ver tantos conciertos de Springsteen como sea posible, apostó todo en For You, dispuesto a colocar el espejo en el lado contrario.
Arrancas For You inquieto, fascinado con sus fotografías y, sí, temoroso por la perspectiva de un aluvión de cartas del tipo Bruce salvó mi vida y blablablá, y vale, bueno, algunos mensajes turban por ingenuos, pero en el cómputo final pesan infinitamente más las increíbles historias de gente corriente y los nudos que el mejor arte sugiere, haciendo de la ecuación música/biografía fascinante sucesión de lágrimas, risas, polvo y sudor, besos y estrellas, que viaja de lo divertido a lo mágico sin derrapar en el misticismo barato. For you, al cabo, termina por ser un canto de amor, pero no el previsto desde la trinchera cínica. Gozoso, vibrante, lírico y poético, demuestra que si bien «lo más difícil es conservar tu idealismo tras perder la inocencia» (Springsteen dixit), siempre nos quedará la música (nuestro París de Fenders)."
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